En un surreal desplante de moralismo, una organización cristiana presenta Harmless, un largometraje de terror orientado a prevenir sobre los demonios del porno.
La práctica de consumir porno puede ser desde una determinada perspectiva un tanto cuestionable –consume demasiado tiempo, energía, dinero, e invita a vivir un espejismo fomentado por la hipersexualización. Pero lo cierto es que campañas como la que encabeza al filme Harmless parecen ser mucho más nocivas, o al menos patéticas, que aficionarte a la pornografía. Sustentada en un discurso esencialmente ridículo, esta película presenta una analogía entre una caja de material porno que guarda un padre de familia y un portal del cual emana un terrorífico demonio.
El argumento, de acuerdo con el propio sitio promocional de Harmless, consiste en: “La historia de un padre de familia y su lucha contra una caja con pornografía que aparece en su armario. Una vez abierta, la caja comienza a atormentar a su familia, de manera similar a lo que ocurre con un poltergeist. Es una especie de denuncia social sobre como la pornografía puede destruir a una familia”.